¡Hola!

¡Hola!, digo y muevo mi cola, hola a quien me extienda su amistad, a este zorrito de la vida simple que ha venido a aullar de rato en rato, pues necesito hacerlo ya que como otros también yo lo haré.

Como esto es una introducción quiero decirles que soy un zorrito que me meto en todo, ¡en todo!, no tengo límites, me defiendo cuando tengo que defenderme y ataco cuando tengo que atacar. Por lo general soy muy pacifico salvo cuando tengo mis enfrentamientos conmigo mismo y con el mundo. Es que tiene que ser así con cada animal que uno ve por este mundo, especialmente con tanto sapo y tanta rata. A esos me los como. Respeto mucho a los que son instruidos y los respeto más cuando veo que son sencillos. También respeto a esa gente que se supera constantemente, me encanta ver a aquella gente que antes era misia y con esfuerzo ahora tiene casa, carro y perro que les ladre. Por cierto quiero harto a mis primos, o sea los perros.
Amo mucho los paisajes. Me escapo de vez en cuando de mi guarida para ir por allí a deleitar mi vista, especialmente en los veranos comiendo mi rico helado. La belleza para mí tiene su estandarte en la mujer. Por eso cuando salgo converso y converso con ellas aún así no las conozca, y me les acerco y no necesariamente porque sean bonitas, sino entre otras cosas por su desenvoltura. Me dedico a hacer muchas actividades. Si tengo que ser cargador soy cargador, si tengo que ser motivador soy motivador, si tengo que ser actor porno también me apunto, como las huevas. Casi nunca digo no a nada, salvo que se trate de algo que vaya con mis principios, pero como ahora tengo muy pocos en lista bueno pues de eso se aprovechan. Aprendo eso sí del resto, porque en verdad hay muchas cosas que aprender. Cuando quiero sentirme el gran sabelotodo me bajo de mis nubes y me doy cuenta que hay personas mucho mas cultas que yo. Cuando quiero sentirme el más galan de todos los hombres me acuerdo que para que una mujer bonita me diga que sí, he tenido que pasar por el paredón de unos nueve “no”. O sea a lo que quiero llegar es que soy muy constante en mis ganas de superación, demasiado diría yo. No me rindo, nunca. Me gusta el lema que anda pegado en el distrito donde antes vivía. Lo fácil ya lo hicimos, lo difícil lo estamos haciendo, y lo imposible lo haremos pero tardará un poquito más. Me identifico plenamente con ese lema. Vivo a punta de ilusiones, aunque hay días en los que me derrumbo y no salgo de mi madriguera; cuando me rodeo con mi cola para ponerme a pensar caigo en cuenta de que soy un humano, y que si toda la vida estaría jaja, jojo, como que perdería la gracia coloretuda que nos da la vida con sus tristezas y alegrías. Si alguien quiere una opinión mía se la doy. Me gusta mucho hacer muchas cosas fuera de lo común. Odio las rutinas, salvo las que me llevan a estar largo tiempo en mi madriguera. De un tiempo a esta parte me preocupan mucho los problemas del país. No es posible tanta indiferencia. Hoy acabo de leer una frase que me dejó estupefacto porque lo escribió Von Humboldt en 1803 y lo que dice es como si lo dijera de la Lima de ahora. Dice: “En Lima, no he aprendido nada del país (…) está más separada del Perú que Londres (…) Un egoísmo frío gobierna a todos, y lo que no sufre uno mismo, no da cuidado del otro” Ou, ou, ¡qué fuerte! Eso es contra lo que voy y en eso trataré de basar el enfoque de mi blog, con la disculpa de todos aquellos que utilizan su blog como paño de lágrimas y de búsqueda de consuelo de sus fracasos.

¡Hola, hola!, digo nuevamente, y les reitero que yo soy un zorrito, muy, muy entrador.

¡Que tengan un buen día!