jueves, 14 de mayo de 2009

¡Qué caray...!

En verdad estoy contrariado. No es posible, cómo es posible. Uno que trata de darle vueltas al asunto y nada. Alonso todo buen tipo, bien formadito a la antigua con detalles de caballerosidad que causaban exasperación incluso en muchachotes como nosotros, más rudos y menos dados a ser tan galantes. Pero Alonso qué distinto que era, hasta con las abuelitas. En verdad se había granjeado la fama de ser un romántico de las costumbres perdidas en una ciudad que como lo es esta ve cada barrabasada. Para empezar en la mesa, ¿quién al llegar a un restauranre acomodaba la silla para que la señorita que lo acompañaba se sentase?, pues Alonso; ¿quién cuando se desplazaba en transporte publico cedía su asiento a cualquier femenina que estuviese parada fuera chica, mediana o grande (entiéndase: niña, joven o vieja)?, pues Alonso; ¿quién en las reuniones se mandaba con unos bailes que bien podrían encajar en la frase un, dos, tres, un, dos, tres, no siento mis pies, no siento mis pies, por aquello que las que bailaban con él decían que era como si volaras cuando bailabas a su lado?, pùes Alonso, ¿quién se sabía los poemas más cursis que a la mayoría de mujeres gusta?, pues Alonso; ¿quién cocinaba para sorprender a la enamorada de turno?, pues Alonso. Que se la pasaba de rey, de mandante en esos gajes de saber tratar a las mujeres. Años que no veía a Alonso, años de no saber que era de su vida. ¿Y dónde me lo vine a encontrar? Pues en una heladería. No había cambiado, seguía más sir, más lord (lorna sonaría más adecuado) y cuando lo veo lo saludo con cierta efusividad. Qué haciendo, le pregunto. Aquí pues esperando a mi señorita enamorada. Que chévere le digo. ¿Y donde esta? En el baño, me responde. Le comentó algo más. Me interrumpe, luego. Mi enamorada, XXX, me dice. Yo volteó. Una chica de pelos parados con pinta punkekera, las uñas pintadas de negro, jeans raídos, tabas garabateadas, polo un tanto desteñido, un piercing en la ceja izquierda, y me imagino también que en la lengua, el ombligo y más abajo del ombligo. Me mira y me hace un gesto. Alonso se para y le acomoda el asiento y ella entre ayes y carajos le dice que el helado que esta sobre la mesa no es el que ha pedido. El muy gil se va corriendo a reclamar mientras yo lo observo Vuelve, “amorcito, perdona mi torpeza”, le dice. Yo me despido haciendole una señal de que fue un gusto volver a verlo. Al salir salgo hecho un cuajeringomodoporo, y qué es un cuajeringomodoporo?, pues es estar en estado de cuajeringomodopura . No es posible, cómo es posible, me digo. Y me abro paso entre el gentío. ¿Hasta donde se puede llegar a ser caballero? Con una lady lo acepto pero después de ver lo que vi con mis ojos zorrunos estoy seguro que Alonso le prodigaría detalles hasta a una Gorgona.

¡Qué caray, con este Alonso! ¡Qué caray…!

sábado, 9 de mayo de 2009

Despues de la pasion....siempre llega la calma?

He comido barras de queso comprimido con harta chicha. Estoy que ultimadamente como así. Muy austero. He vuelto a la normalidad. Claro esto es temporaneo, porque después de lo vivido, ni puedo seguir siendo alguien de capacidades normales. Una amiga me ha dicho que tengo mucha energía que derrochar, y que si no se canalizarla pues es mejor que haga yoga, ¡¡¡yoga!! Esta que me saca de mis casillas de solo pensarlo. Ahora luzco diferente con unas greñas que casi son a lo tarzan. Solo me faltan mis calzoncillo de paja, que sea octubre y que comiencen la primavera para gritar con toda la fuerza posible ahaaaaaaaaaaaaaaaaohhhhhhhh. Estoy literalmente desconectado aprovechando para ir al mar a surfear. Al mar a surfear, como si se podría surfear en un lago o en un río. Ando peleado con la almohada, casi duermo poco. Estas ultimas semanas le he agarrado simpatia al whisky. Asi que diario me empalago con un vaso. Cómo te puede cambiar la vida una mujer caray, una mujer mayor. Ahora ella debe estar por algun lado de Frankfort. He estado siguiendo sus consejos. Qué tal salida la que me ha dado. Sal con las de tu edad. Y yo todo barbon parezco un treintañero. Puñetas . Como dice la cancion de un tal Mengano de Perencejo…”Tira las piedras lejos, tiralas para que no vuelvan, y si quieres lo extremo tirate tu, pero antes tirate a una rica vieja?. Vieja en qué acepción pinche mendigo cantante, ¿viejas de sesenta?, ¿o viejas de esas mamacitas que tienen el trasero como cocotero? Las delicias que hay en carne y aún con esas la iglesia impone a sus sacerdotes ser castos. Casto ni un manco, oye. Alla ellos y sus ordenes. Mejor seria regalarle a los padrecitos vales pa los night clubs con accesos a una suite con herramientas sado. A lo que iba, estoy que echo chispas. Estoy que me muelo. Me muelo, no me muero. He alli la diferencia en una sola letra. Uno de estos dias voy a dejar la cordura y voy a ir tras los dictados de mi corazon. Mi palpito por sobre todas las cosas debe prevalecer, el resto que se cueza en un caldero a 3000 grados centigrados en un terremto de 10 grados en la escala de richter, righter, riketer, o cómo se escriba. Pronto ire a una fiesta de disfraces. Extravagancias de una amiga que dice que el invitado de honor sera Porky…Porque sera, porque??? No se si ir disfrazado de erizo, o sino de adán. O en ambos casos resaltarian mis pelos. Por lo pronto el fin de semana que viene sería guía turístico –en ingles por supuesto porque mandarin no se pero lo que nalita— de unos chinitos curiosones y avidos de hacer turismo. ¡Les enkantala!

Bueno me voy a dormir, o mejor dicho a intentar dormir. Me he automedicado unas pastillas que he visto en Internet. Si funcionan bien sino, bueno pues alguien me tendra que dar masajes en el estomago.